La institución siendo fiel a la filosofía adoratriz, fundamenta su labor en la acción preventiva, considerada básicamente de carácter educativo, buscando crear condiciones y experiencias pedagógicas, que hagan que la persona en proceso de formación aprenda a ser, se convierta en protagonista de su propio desarrollo y establezca con Jesús una relación de pertenencia que modele todas sus demás relaciones.
La vida institucional gira alrededor de las niñas y las jóvenes como protagonistas del proceso educativo, en búsqueda de una personalidad equilibrada.

La filosofía institucional del Colegio Adoratrices está basada en los siguientes principios:

1. Educación centrada en la persona: implica tener un respeto profundo por la dignidad humana y la autonomía de cada niña o joven; fe en su capacidad de cambio y en sus posibilidades de superación. Reconoce a la persona como un ser integral  que ama, piensa y actúa, por lo tanto basa su formación en la teoría del triángulo humano expuesta por Pedagogía Conceptual.

2. Educación liberadora: la niña y la joven son sujetos de su propia educación, capaces de tomar decisiones libres y responsables que les permitan abrirse a nuevas alternativas de realización personal y social, rechazando la manipulación y aprovechando las perspectivas que le ofrecen la ciencia, la tecnología y los medios de comunicación social de manera racional y crítica.”La afectividad decide en que invierte cada persona su existencia” y por lo tanto, dedica tiempo y esfuerzos al conocimiento y desarrollo del sistema afectivo en todas sus dimensiones.

3. Educación en valores: se forma en valores y actitudes cristianas que proyecten el SER hacia un cambio donde todos puedan disfrutar del bienestar individual y colectivo, buscando educar en el respeto, el amor a la vida, la solidaridad, la justicia, la honestidad, la participación responsable y el espíritu de servicio. Una persona cristiana es una excelente ciudadana.

4. Educación personalizada: fundamentada en un mejoramiento de las relaciones que aceptan y valoran la persona por el ser y no por el tener, fortaleciendo en las niñas y jóvenes el descubrimiento de sus valores significativos mediante la potenciación de su inteligencia emocional hasta alcanzar los más auténticos niveles de compromiso consigo mismas, con sus semejantes, con el mundo y con Dios.

5. Educación para el trabajo: considerado como un valor fundamental para la promoción humana, que conduce a la joven a desarrollar habilidades y aptitudes en una tarea creadora de realización personal y social. Este es uno de los objetivos de la educación media técnica. El sistema cognitivo vincula a los seres humanos con sus realidades a la par que con sus congéneres y el sistema expresivo nos permite compartir con los otros nuestras ideas, pensamientos y conocimientos. La correcta estimulación y desarrollo de éstos dos sistemas dará como resultado un significativo cúmulo de conocimientos, el amor por su búsqueda y un excelente desempeño laboral.

6. Educación evangelizadora: cumpliendo con el encargo hecho por Dios y por la Iglesia se ofrece a las niñas y jóvenes y a sus familias, la oportunidad de allegarse a Jesús, comprender el misterio de su persona y aceptar el llamamiento a formar parte de su reino.

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enero 22, 2019

FILOSOFÍA Y PRINCIPIOS INSTITUCIONALES

La institución siendo fiel a la filosofía adoratriz, fundamenta su labor en la acción preventiva, considerada básicamente de carácter educativo, buscando crear condiciones y experiencias pedagógicas, que hagan que la persona en proceso de formación aprenda a ser, se convierta en protagonista de su propio desarrollo y establezca con Jesús una relación de pertenencia que modele todas sus demás relaciones.
La vida institucional gira alrededor de las niñas y las jóvenes como protagonistas del proceso educativo, en búsqueda de una personalidad equilibrada.

La filosofía institucional del Colegio Adoratrices está basada en los siguientes principios:

1. Educación centrada en la persona: implica tener un respeto profundo por la dignidad humana y la autonomía de cada niña o joven; fe en su capacidad de cambio y en sus posibilidades de superación. Reconoce a la persona como un ser integral  que ama, piensa y actúa, por lo tanto basa su formación en la teoría del triángulo humano expuesta por Pedagogía Conceptual.

2. Educación liberadora: la niña y la joven son sujetos de su propia educación, capaces de tomar decisiones libres y responsables que les permitan abrirse a nuevas alternativas de realización personal y social, rechazando la manipulación y aprovechando las perspectivas que le ofrecen la ciencia, la tecnología y los medios de comunicación social de manera racional y crítica.”La afectividad decide en que invierte cada persona su existencia” y por lo tanto, dedica tiempo y esfuerzos al conocimiento y desarrollo del sistema afectivo en todas sus dimensiones.

3. Educación en valores: se forma en valores y actitudes cristianas que proyecten el SER hacia un cambio donde todos puedan disfrutar del bienestar individual y colectivo, buscando educar en el respeto, el amor a la vida, la solidaridad, la justicia, la honestidad, la participación responsable y el espíritu de servicio. Una persona cristiana es una excelente ciudadana.

4. Educación personalizada: fundamentada en un mejoramiento de las relaciones que aceptan y valoran la persona por el ser y no por el tener, fortaleciendo en las niñas y jóvenes el descubrimiento de sus valores significativos mediante la potenciación de su inteligencia emocional hasta alcanzar los más auténticos niveles de compromiso consigo mismas, con sus semejantes, con el mundo y con Dios.

5. Educación para el trabajo: considerado como un valor fundamental para la promoción humana, que conduce a la joven a desarrollar habilidades y aptitudes en una tarea creadora de realización personal y social. Este es uno de los objetivos de la educación media técnica. El sistema cognitivo vincula a los seres humanos con sus realidades a la par que con sus congéneres y el sistema expresivo nos permite compartir con los otros nuestras ideas, pensamientos y conocimientos. La correcta estimulación y desarrollo de éstos dos sistemas dará como resultado un significativo cúmulo de conocimientos, el amor por su búsqueda y un excelente desempeño laboral.

6. Educación evangelizadora: cumpliendo con el encargo hecho por Dios y por la Iglesia se ofrece a las niñas y jóvenes y a sus familias, la oportunidad de allegarse a Jesús, comprender el misterio de su persona y aceptar el llamamiento a formar parte de su reino.